![asdasdasd.png](https://cdn.steemitimages.com/DQmWsVjHppFXjpLBZxbG9cS1H5JG8BBWVv3qPpJkFVN1L3w/asdasdasd.png) **(Imagen perteneciente al blog: El Sendero del Ser).** -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ## Capítulo 6: El ser en las sombras

Abraham, entonces, cerró sus ojos y se lanzó sin pensar al abismo frente a él. Sus manos sudaban y su corazón estaba apunto de explotar, pero definitivamente no permitiría que algo entorpeciera su plan.

Tras varios segundos de caída en negro, Abraham decidió abrir sus ojos, y para su grata sorpresa se encontraba ya reposando en el césped. Una mano tocaba tierra mientras la otra sujetaba fuertemente la cuerda de sábanas. No se lo podía creer y su mente se encontraba agitada, pero su plan había funcionado a la perfección, había logrado lanzarse desde su ventana sujeto a una soga improvisada atada a su cama, cayendo al piso inferior sin sufrir ningún rasguño o golpe. Esto, definitivamente, era una proeza admirable

Y aunque su alma y cuerpo exigían un merecido descanso debido a la tan alta adrenalina por la cual habían pasado tan solo hace unos segundos, su mente sabía que un descanso en estos momentos no era, para nada, la decisión más acertada, por lo que rápidamente prosiguió a levantarse del césped y empezar a correr para poder acercarse a la gran valla blanca que dividía su casa y la del señor Holmes.

Ya frente a la valla, Abraham pudo percatarse de su verdadero tamaño, y es que, desde su ventana parecía una valla de tamaño regular, fácil de saltar y de burlar, pero ya frente a ella se dió cuenta de lo muy equivocado que estaba. No solo duplicaba su tamaño, sino que además era completamente lisa y estrecha, no había ni un misero espacio entre las tablas de madera que la conformaban ni superficies posibles que pudieran servirle de apoyo para tomar impulso y pasar la valla por completo. Estaba en apuros y debía solucionarlo rápido.

Abraham empezó entonces a buscar como loco alguna piedra u objeto que le sirviera para subir la valla. Se fue hasta su patio trasero y busco por todo el césped y esquinas traseras de la casa para intentar encontrar alguna cosa que le funcionase. Transcurrieron varios minutos mientras Abraham buscaba el objeto, pero gracias al destino pudo lograrlo aunque rozando casi los 5 minutos. Había encontrado tres piedras lisas y de un tamaño bastante aceptable, además de haber hallado lo que parecía ser un antiguo pote de pintura del 89, que sobresalía del césped por las cercanías de un árbol en su patio. Con estos objetos Abraham ya podría continuar con su plan, por lo que estaba más que motivado.

Corrió entonces a la valla y apiló los cuatro objetos justo frente a las tablas de madera para usarlos como escalera. Las piedras lisas tenían un tamaño y superficie ideal por lo que cumplían su cometido, aunque el pote oxidado no tanto. Se encontraba en unas pésimas condiciones y se doblaba con mucha facilidad, haciendo que Abraham se retrasara mientras intentaba a fuerzas trepar esa valla. Aún cansado y bañado en sudor Abraham no se rindió, por lo que siguió saltando encima de estos objetos hasta lograr saltar esa valla.

Abraham no lo podía creer, lo había logrado al fin. Se encontraba en la punta de aquella dichosa valla, observando de cerca la casa de su vecino, el señor Holmes. Sin tomar respiros ni pensarlo más de 5 segundos, Abraham se lanzó de cara al césped y se quedó plantado en el suelo durante un tiempo, quería saber si descubría algún ruido extraño que delatara a algún espía observándolo desde lejos, pero no escuchó ni vio nada extraño por lo que prosiguió con su plan. Corrió hasta el porche de la casa del señor Holmes, donde al fin pudo ver de cerca aquél dichoso papel abandonado por su vecino.

Abraham se quedó inmóvil. Era uno de esos pocos momentos en los que se atrevió a decidir en quedarse con sin moverse, estático, y aprovechó aquel descanso para pensar bien su siguiente movimiento. Y es que, aun siendo una decisión peligrosa, sentía que estando frente a la casa del señor Holmes tendría más oportunidad de descubrir su secreto.

Tras pensarlo demasiado, decidió que lo mejor sería dejarse de rodeos y coger de una vez aquél papel, por lo que prosiguió a hacerlo. Agarró el papel y salió corriendo de allí, pero en vez de dirigirse a su casa, revisó cada una de las ventanas del señor Holmes buscando ver cualquier cosa que lo ayudase a descubrir lo que pasaba. Tardó un poco pero logró ojear en cada una de las ventanas que poseía la casa en la planta baja, desde las ventanas del porche hasta las ventanas traseras. Ninguna de ellas pudo escapar de Abraham. Y aún pudiendo observarlas todas, fracasó en su objetivo de encontrar algún detalle incriminatorio. Ya frustrado y cansado, decidió revisar la ultima ventana par poder regresar a casa y descansar, cuando de la oscuridad del patio trasero del señor Holmes, una voz ronca le dijo:

**-** _¿Qué es lo que estás buscando... niño?_

Abraham quedó petrificado.

**-** _¿Qué? ¿Acaso no me escuchas? **- insistió aquella voz -** Entonces lo repetiré... ¿Qué es lo que estás buscando, Abraham? **- Reiteró entre las sombras -.**

Abraham no sabía que hacer. Y es que, ¿qué podría hacer? ¿Que rayos era eso?

Aquella cosa gruñó y Abraham huyo. No podía permitirse fallar, y menos morir a manos de algo desconocido. Corrió aterrado hacia el extremo de la valla para dar la vuelta entera y subir sin más a su cuarto. Aun cuando estaba aterrado por aquella cosa en la oscuridad, no quería ni imaginar que pasaría si sus padres se enterasen de lo que acababa de acontecer, por lo que fue realizando toda su huída lo más silencioso posible. Ya en el extremo de la valla, Abraham no pudo evitar regresar su mirada a aquél patio oscuro para descubrir si esa cosa lo seguía o no.

Para la sorpresa de Abraham, no estaba siendo perseguido. La cosa en la oscuridad seguía oculta y no pudo observarla. Ya apunto de echar a correr a su ventana, con su rabillo del ojo observó algo moviéndose en el patio del señor Holmes. Voltió a los segundos y pudo verlo, aquella cosa se había acercado a la luz y se dejaba entre ver. Un pálido y delgado brazo sobresalía de la oscuridad y sujetaba el césped con sus garras, todo esto mientras reía, mostrando sus pálidos colmillos y ojos amarillos que sobresalían de la oscuridad.

Abraham no pudo aguantar más y corrió a su hogar. Subió como loco aquella cuerda improvisada, la cual tenía una resistencia sorprendente, y se lanzó de cara a su habitación. Cerró la ventana y las cortinas y se lanzó a una esquina de su recamara cubriéndose con sus sabanas, ya sueltas, mientras jadeaba con desesperación.

Había vuelto a ver esos horrendos ojos amarillos, y su mente explotaba por tanta información. En un estado de pánico recordó a aquél papel arrugado en sus manos y se dispuso a leerlo. Con sus manos sudadas y temblando, desarrugó el papel y descubrió que se trataba de una carta improvisada que decía:

**-** Nos están observando. Cuidado. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ ![ChristopherB - Animado.png](https://cdn.steemitimages.com/DQmdEMwAzvC7Av1S8hHz5WkcoFapoksQKp1tNzJdBLgiCjm/ChristopherB%20-%20Animado.png) # Historia original @christopherb.