 Miren, desde que empecé en esta plataforma, moría por impresionarlos. Mi objetivo principal era llamar su entera atención y ser alagada desde el instante que la alarma me despierte hasta el último momento que decido aguantar el sueño. Quería dinero. Quiero dinero. Y para conseguirlo... tenía que conseguirlos a ustedes. Llamarlos con un canto mágico como si ustedes fueran pájaros preciosos (y difíciles).

¿El resultado? Dejé de cantar. Me callé y hui por la vía fácil y sencilla: no hacer. En este caso ''no decir''. Confieso que antes de callarme por un buen tiempo todas las notas que de mi salían eran anzuelos balurdos, redes de mariposas mal cocidas y pega barata de ratas asquerosas. La calidad de mi palabra era directamente proporcional a mi deseo de conseguir el producto. Si aplico, muchachos preciosos, la formula recién aprendida, mi capacidad de producción era nula comparado con mi sed del producto. Así que, más que alzar el altar del sacrificio de una falsa necesitada, me perdono PUBLICAMENTE por ser de mentiras.

~~Ahora, a limpiar la mierda~~

Con verdadero Amor, Francisca.
Gracias por leer.