Él es Antonio, se le conoce como “Toñito”, tiene 10 años de edad, vive en Ciudad Ojeda, Estado Zulia – Venezuela, él vive con su Papá, su madre lo abandonó cuando sólo era un bebé. Es un niño que desde muy temprana edad ha tenido que aprender a trabajar, va por las calles preguntándole a los dueños de residencias y locales para limpiarles el patio y cortar el monte, lo hace para poder sobrevivir y llevar comida a su casa, al igual que su padre todos los días. Se han convertido en un equipo y ambos luchan en esta situación tan difícil por la que pasa Venezuela, los productos de la cesta básica son costosos y el sueldo mínimo es de 1.800.000mil bs, una suma que equivale a 1$ al mes, nada más los productos como la harina de maíz (o harina pan, como le decimos aquí) y el arroz cuestan 1$, a pesar del estado en que se encuentra el país todos los días se levanta con una sonrisa, queriendo superarse y salir adelante.

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Toñito sonriendo frente a la cámara.

Estudia en una escuela pública llamada Dr. José María Vargas, antes de la pandemia provocada por el Covid-19, con esfuerzo él asistía a clases todas las tardes de 1:00pm a 6:00pm, en ocasiones hacía sus tareas por la noche pero la mayoría de las veces tenía que buscar apoyo en sus vecinos, ya que su padre tampoco estudió. Debido a la pandemia y el cambio a clases vía online, Toñito no posee ningún dispositivo electrónico para recibir las actividades asignadas, él al terminar sus deberes se dirigía a casa de su profesor Tomás, él le facilitaba las asignaciones y actividades que enviaba el colegio.

Toñito a pesar de sus deberes y actividades siempre le gustó ayudar a sus vecinos, se levantaba muy temprano todos los días a buscar agua en su carretilla, llenaba el tanque de su casa y luego los vecinos le ofrecían cualquier tipo de producto por ayudarlos con el agua o con la basura. En la zona donde viven estas personas no cuentan con los servicios básicos como el aseo urbano, el agua por tubería (caminan 2km para buscar el agua que utilizan diariamente) y la electricidad.

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Toñito con su carretilla.

Es apenas un niño y no puede divertirse como los demás, sin embargo, en el poco tiempo libre que tiene, lo he visto jugando con metras y volantines, como tratando de alguna manera socializar con los demás niños del barrio para tener una infancia más normal. La ausencia de una madre atenta y cariñosa le ha hecho mucha falta para su desarrollo afectivo, cognitivo y social.

La situación del país ha sido difícil para muchas personas que no han logrado sobrellevar el estado en el que nos encontramos, Toñito y su familia no han sido la excepción, aún así es un niño alegre, bondadoso, servicial e inteligente. Nada ha podido quebrantar su espíritu de fortaleza y júbilo, ya que Toñito es un niño muy perseverante y con gran ímpetu. En Venezuela existen muchas historias como éstas que ayudan a inspirar a las personas que de alguna forma se están rindiendo.

Estoy muy agradecido con @steemitblog porque nos permiten narrar nuestro día a día de forma muy amena gracias a este ingenioso reto. Además aprovecho para darle las gracias a @steemcurator01, @steemcurator02 y @steemcurator05 y a las cuentas @booming1 @booming2 por su colaboración en la comunidad.

A su vez también agradezco a los representantes de Venezuela @anasuleidy @inspiracion @tocho2 @adeljose @edlili24 @albenis y @wilmer1988 por siempre estar apoyando los aportes de nuestros usuarios venezolanos, cosa que me provoca muchas alegrías.

Nota Importante: Todas las fotos son de mi propiedad y fueron tomadas con mi dispositivo Samsung Galaxy J6+.