La madrugada aún susurraba entre las cortinas y el perfume de la noche seguía flotando en el aire, como si se resistiera a marcharse.

Ella dormía plácida, envuelta apenas por las sábanas que guardaban la memoria del deseo compartido. La primera luz del día acariciaba su piel con la ternura de un amante invisible, tímido, como si el propio sol se rindiera ante su belleza.

Él la observaba en silencio, sosteniendo la cortina con una mano, como quien intenta congelar el tiempo antes de que el mundo lo reclame otra vez. No hacía falta hablar. Ya lo habían dicho todo, sin una sola palabra.

Sus cuerpos fueron verso, fuego y confesión. Ella, un poema hecho carne. Él, un creyente postrado ante el altar de su entrega.

Y en ese instante quieto, sagrado, supo que al cerrar la puerta, no se iría del todo. Porque algo de él se quedaría allí, entre los pliegues de sus sueños. Y algo de ella ya caminaba con él, tatuado bajo la piel.

El amor, cuando es real, no se despide. Solo toma una pausa, se suspende, como un suspiro inconcluso... esperando el próximo amanecer para volver a fundirse en el temblor de dos almas que nunca dejaron de buscarse.

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1.- Etiquetas: La Clave Para Ser Vistos y Valorados en Steemit.

2.- Dile NO al Resteem Irresponsable.

3.- Suscriptores, Seguidores o Relaciones: El verdadero sentido de una red social.

O simplemente, puedes ir a mi blog, y encontrar alguna publicación que sea de tu interés, pues escribo de temas de salud, crecimiento personal, reflexiones y cuentos en los que subyace un mensaje.